viernes, 29 de agosto de 2014

Bosque Mitago. Robert Holdstock




Hace muchos años, cuando yo no era más que un mozalbete enamorado de la lectura, acompañé a un familiar a comprar libros en una librería de segunda mano. Cuando entré en aquel recinto, mis sentidos se volvieron locos. El aroma a papel ajado y antiguo, el polvo posado sobre las ingentes cantidades de volúmenes allí atesorados… todo en aquel lugar me hizo reafirmarme en la sensación de que aquello que me rodeaba marcarían mi futuro. Ojeando los ejemplares, descubrí dos lomos de color negro que me llamaron la atención. Solo una palabra en rojo en la parte superior fue suficiente para abrir sus páginas y hojear su contenido: Fantasía. Gracias a ello me vi impulsado a hacerme con los dos volúmenes. El primero ni lo recuerdo, y no podría asegurar cual era su argumento. Pero el segundo… el segundo me enamoró desde la primera página; desde su título, podría incluso asegurar, debido a lo extraño del mismo. Lo devoré como un perro devora un hueso de cocido en la intimidad de su rincón. Al leer su última página, la curiosidad por aquel original argumento me hizo acercarme a la biografía del autor, algo que nunca había hecho antes. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que lo que tenía entre mis manos se trataba de una continuación de otro de extraño título también. Durante años me embarqué en la búsqueda de tan ansiado ejemplar, siempre de manera infructuosa, hasta que hace unas semanas, más bien un mes, en una conversación con amigos descubrí que aquel libro que ya casi había olvidado, había sido reeditado por Ediciones Gigamesh y era posible encontrarlo en la actualidad. La suerte me sonrió de nuevo cuando en mi visita al Festival Celsius232 uno de mis acompañantes, presente en aquella charla, me regaló el ejemplar que ahora tengo junto al teclado y que vamos a intentar reseñar. Se trata de Bosque Mitago y su continuación, Lavondyss.

En los rincones más profundos del bosque Rhyope, un lugar apenas hollado por el hombre y más extenso de lo que indican los mapas, existe una magia primigenia que provoca que mitos y leyendas se encarnen en seres tangibles. Steven Huxley, decidido a desentrañar el misterio que persigue a su familia, se adentra en el bosque y descubre un mundo mucho más extraño de lo que jamás podría haber imaginado.

Bosque Mitago es uno de los grandes logros de la fantasía moderna. En uno de los juegos de claros y sombras más ricos y originales del género, Robert Holdstock despliega una historia entroncada en la mitología celta cuyo recuerdo perdura mucho después de haber dejado atrás su última página.

Cuando mis dedos abrieron por primera vez el libro y me sumergí en la lectura de su prólogo, automáticamente quedé prendado de lo que allí se decía. Normalmente los prólogos no son algo a lo que le de importancia, aunque soy muy consciente de que una buena presentación de lo que se va a leer a continuación puede prepararte de manera positiva para la experiencia que vas a vivir. El cómo ahonda en la sensación de la “virginidad” al afrontar una nueva lectura y la tristeza que se va apoderando de ti cuando las páginas van llegando a su fin, me hicieron recordar de nuevo lo maravillosa que fue la experiencia de leer Lavondyss y lo mal que me sentí cuando abandoné los límites de su extensión. A cargo de Cristina Macía, su traductora, no creo que exista mejor manera de comenzar a leer la novela que con sus palabras.

 
He de reconocer que Bosque Mitago no es una lectura fácil. Me explico. El libro está cargado de narraciones y detalles. Páginas y más páginas desnudas de diálogos que ahondan en las descripciones de los alrededores del bosque, de los aromas que efluvian sus límites y de los espíritus y las leyendas que les dieron origen. Si El señor de los anillos te pareció lento, es posible que esta obra también te lo pueda parecer. Con un lenguaje entre la oda y el homenaje a las fuerzas de la Naturaleza, Robert Holdstock, su autor, nos llena nuestro imaginario particular de sensaciones imposibles de vivir lejos de dicho emplazamiento pero que, de una manera sublime los posa en nuestros sentidos y nos empuja a escuchar el sonido de las agujas de los pinos bajo nuestros pies o el aroma de los helechos al atravesar una zona boscosa. Hasta ese límite su creador es capaz de hacer transmitir sus ideas. Además, su conocimiento sobre la cultura celta acrecienta esa sensación del hombre y el entorno siendo uno, idea que aunque no se explota durante la lectura sí que deja un poso certero en nuestro cerebro.

El argumento, intrincado como las ramas de un roble, va arrancando a la misma velocidad que estos árboles crecen y ocultando la verdadera trama en una imitación a las raíces que se ocultan en la tierra y se introducen varios metros por debajo. Hasta que el árbol no cae sobre su propio peso, no podemos disfrutar de las maravillas que se esconden bajo él. Bosque Mitago es exactamente igual. Es la Naturaleza hecha novela. Sus protagonistas se ven inmersos en unas historias mil veces contadas, solo que esta vez pueden ver el origen, la leyenda primigenia. Primero a través de los ojos de su padre cuando les habla de lo que se esconde en el bosque que circunda su casa, tras su muerte mediante las hojas del diario que dejó escrito en el domicilio, y más adelante con sus propios ojos, cuando por distintas causas no tienen más remedio que introducirse en sus límites y sufrir y disfrutar las maravillas que se esconden en su interior.

Sus personajes, a cada cual más desarrollado, cuentan cada uno una historia con su propio perfil. Todos tan parecidos, todos tan alejados unos de otros. El protagonista, Steven, evoluciona de una manera pausada pero continua, pasando de ser un urbanita londinense a un pueblerino temeroso de las leyendas locales para más tarde ser parte de las propias leyendas contenidas dentro del Bosque. Christian, su hermano, o el padre de ambos, George, a pesar de no aparecer mucho en la novela, tienen un peso equilibrado en la misma y sobre todo, hacen que en cada una de sus apariciones seas capaz de notar su evolución en el tiempo y puedas apreciar la lógica de dicho cambio, enriqueciendo así toda la trama más si cabe. Pero si he de destacar algún personaje, sin duda es la parte femenina, mostrada en el rol de Guiwenneth. Ella es el Bosque hecho carne, la leyenda que camina. Es la esencia de los árboles, el aroma del musgo y la fluidez del agua que baña sus límites. Sin duda es el más arrebatador de todos los que moran el libro. Su dulzura e inocencia por unos momentos, se tornan fiereza y primitiva en pocos segundos dependiendo de la situación que esté ocurriendo. Sus palabras, su trasfondo, su cercanía… todo en ella te atrapa y no te deja escapar de sus dedos.

Aunque si he de hacer honor a la verdad, el verdadero protagonista de la novela es el Bosque Ryhope. La sensación de libertad que destilan sus páginas cuando te sumerges en la lectura, al principio puede llegar a ser muy real y certera, ahondando en la idea de la amplitud y la independencia de este hacia lo que le rodea. Sin embargo, a medida que la historia avanza, el Bosque se va cerrando sobre los personajes, asfixiándoles y mostrando su verdadera fortaleza. El agua, las raíces, los árboles… todo aquí es peligroso y al final la angustia, la asfixia y el abandono son las sensaciones que junto al agobio, más sientes al caminar por entre sus lindes.

No quiero dejar pasar la ocasión de comentar la idea de los Mitagos. Seres sobrenaturales que moran este bosque tan especial y que surgen de las Leyendas implantadas en el imaginario popular. La magia de la espesura unida a las mentes de los protagonistas, darán lugar a seres fantásticos imposibles de concebir. Espíritus vaporosos, barcos fantasmales o tribus ancestrales. Todo tiene cabida en la superficie natural que es esta vegetación.

La mayor parte de la novela la pasas alienado con lo que sucede entre sus páginas. En parte por lo difícil y fantástico de su argumento y, sobre todo, como pronto descubrirás, por lo extraño del mismo. La narración pasa por momentos de realidad, en los que lo que se cuenta forma parte del mundo que nosotros conocemos, para de repente, tornarse en la historia de algo que pasó hace miles de años, en los anales del tiempo, cuando el hombre ni existía y esto, unido a lo feérico de todo lo que rodea la novela, convierte su trama en algo nublado, vaporoso, que hasta que no alcanzas su final no eres capaz de ensamblar por lo difuso que suena a veces todo. Y eso para algunos lectores puede convertirse en un punto negativo a destacar.

Poco más puedo decir de esta historia que a mí me atrapó desde sus primeras frases y que por desgracia, he terminado de leer. No sé si algún día volveré a atravesar los límites del Bosque pero, sin duda, siempre recordaré lo extenuante que fue cruzar sus hectáreas de tinta. Recomendado a todo aquel que disfrute de la lectura, sin más.   

lunes, 18 de agosto de 2014

No existen los monstruos. Víctor Blázquez



Hoy afrontamos una reseña que, sinceramente, pensaba había realizado hace meses y que hoy al ponerme a hacer inventario, he descubierto que muy a mi pesar, no la había hecho. Es más, no la había ni empezado. Por tanto voy a desquitarme en un momento.

Lo que os traigo es la obra de un viejo conocido por estos lares, Víctor Blázquez, autor de El cuarto Jinete y sus dos continuaciones (que aún no he leído) y Orilla intranquila (que en breve tendremos comentada por este mismo espacio). Este autor lo llevo siguiendo de cerca desde hace tiempo ya que siempre que leo alguno de sus libros o relatos, acabo con un regusto placentero en mi paladar lector.

En esta ocasión Víctor se atreve con una novela histórica de las que a mí me gustan. Los horrores nazis causaron estragos en países como Polonia, Rusia, Italia o la propia Alemania. Auschwitz hizo mucho por dar a conocer las barbaries perpetradas en su territorio (Polonia), pero la sociedad en general desconoce las maldades acaecidas en otros lugares. Es por eso que se apunta un tanto
excepcional al utilizar Checoslovaquia como lugar de ensayo para sus ya conocidos métodos de escritura. Os pongo en antecedentes con la sinopsis y comenzamos:

Checoslovaquia, 1942.
Los aliados mueven sus fichas hasta Praga con la intención de planificar y ejecutar el mayor atentado jamás concebido contra los nazis. El destino de Europa, y seguramente el de todo el mundo, recae sobre las espaldas de los siete hombres enviados a cumplir esa misión. Con ellos viaja un octavo hombre: un americano misterioso del que ninguno de ellos sabe nada; ni quién es, ni la razón por la que está allí.
Mientras tanto, una serie de crímenes horribles se extienden por Praga, poniendo en jaque a toda la población.

Lo primero que pensé al leer esta sinopsis, a pesar de que su argumento ya me lo conocía de sobra, fue “Coño, un pasajero desconocido, que va en un vehículo volador y del que ninguno de sus tripulantes sabe nada. ¡Es el puto Alien: El octavo pasajero!” Después de reírme yo solo con mi propia broma, seguí adelante con la lectura y en verdad que me quedé muy sorprendido. Aunque sé que Víctor es un apasionado del terror, conozco la faceta friki que le hace decantarse en ciertas ocasiones por su vena más Sci-Fi y Fantasía y en esta ocasión, aunque la trama histórica es lo que más peso conlleva, cierto factor muy importante de la historia se va a llevar la palma en cuanto a argumento se refiere. 

Sí amigos, porque nuestro autor no es solo un experto en sacar lo peor de cada uno de sus personajes (Saga El cuarto Jinete), o de describir la escena más truculenta que se le puede pasar por la cabeza (Relato Hazle siempre caso a tu madre. Leyendas Urbanas de Editorial Universo), sino también utilizar unos recursos narrativos que muy pocos autores que conozco son capaces de hacer con la facilidad que le caracteriza. El uso de los tiempos, la narración a velocidad del rayo o los giros de guión son marcas de la casa, quizá auspiciadas por su antiguo trabajo relacionado con la televisión y las series.

Aquí Blázquez nos da una lección de cómo un personaje que comienza siendo bastante blanco, va perfilándose de manera lenta pero creciente en otro más oscuro que, sin llegar al negro se convierte en una persona con diversas sombras que te hacen pensar en que todo el mundo esconde buena parte de sus intenciones. Hablando de los secretos que esconde nuestro protagonista principal, Sean Cassidy, debo decir que la idea de no aclarar hasta bien entrada la novela cuales son los factores que mueven a un americano en el año 1942 fuera de las fronteras de los aliados y encima en plena guerra contra los alemanes, es un acierto pleno. Porque todo gira alrededor del asesinato de un alto mando de la Gestapo afincado en Praga, Reinhard Heydrich, y que es enviado allí por el mismísimo Hítler para “germanizar” a la población checa. Víctor cuenta este pasaje olvidado de la historia con pelos y señales, pero tiene la osadía de, entre medias, narrar su propia historia y darle a toda la trama un aire de realidad y cercanía que hacen que te atrape y llegues a dudar de si lo que lees es la realidad de aquellos tiempos. Y en cierto modo la respuesta es sí. Porque todo lo que se narra es algo que sí sucedió y que el autor sólo usa como referente histórico y para contar su historia. 

He de destacar el cómo un personaje que, a ojos de todos nosotros podríamos calificar de verdadero
"son of the bitch" (vamos, un hijo de pta de tomo y lomo) el autor es capaz de dedicarle un capítulo entero a su persona, detallar su relación con su esposa Lina y retratarle como un padre de familia bueno y abnegado y al que su mujer, testigo ocular de todas sus fechorías, ama e idolatra con todo el amor que su corazón le permite. Pero no solo eso, es que al lector logra convencerle y ponerle en la tesitura de preguntarse por qué un esposo tan (en apariencia) abnegado, puede llegar a guardar en su interior un ser tan despreciable y oscuro como una noche sin luna en Praga.

Claro, que para hacer todo eso es necesario hacer uso de una base histórica real y una documentación extensa que, a ojos expertos, Víctor no ha dudado en utilizar. Toda la “Operación antropoide” (nombre en clave con el que fue denominado el intento de asesinato del mandamás nazi) aquí descrita, es fiel a la realidad en un noventa por ciento, y solo los detalles ajenos a ella y que suceden en el mismo momento en esa franja temporal son aquellos que se han utilizado para ensalzar la trama.

Por tanto, a una buena base histórica se le suman unos personajes que existían pero a los que el autor ha dotado de una personalidad concreta para poder engalanar su propia narración, una narrativa fluida, veloz, repleta de veracidad y giros de argumento y un final de esos que te hacen cagarte en las muelas de aquel que ha ideado todo ello

Si he de destacar algo negativo, es sin duda lo gratuito de ciertas escenas de sexo que aparecen en el argumento. Y digo gratuitas porque las dos o tres que se narran son tan similares entre sí que parecen las mismas y cortan la trama de una manera algo incómoda. La historia de amor entre los dos protagonistas no me ha resultado creíble, y toda ella me parece demasiado rápida y edulcorada para el entorno histórico en el que se desarrolla todo. No es algo que reste puntos a lo que he leído, pero es verdad que cuando ocurría, estaba deseoso de que acabase para poder seguir leyendo lo importante de verdad. Por tanto yo habría prescindido de ellas sin dudarlo además de la propia relación sentimental que se cuenta dentro del libro.

Sin entrar en Spoilers y si el que va a leer la novela es un poco inteligente, dicho título está englobado en la Colección Stoker de Dolmen, que reúne novelas de corte de terror alejadas de la Línea Z que tanto éxito tiene dentro de nuestras fronteras y con la que se hizo un nombre el propio autor. Y digo esto porque aunque pueda parecer que todo gira alrededor del intento de asesinato del segundo en el poder de la Gestapo, nada más lejos de la realidad. Hay una trama oscura y fantasiosa que a mí me ha permitido disfrutar sobremanera, hasta el punto de cabrearme mucho al cerrar la última página del libro por la impotencia de su final.

En definitiva y sin pecar de sensacionalista, una de las mejores novelas leídas en estos últimos dos años, de manos de uno de los mejores autores que se esconde entre nuestras fronteras y que estoy seguro dará que hablar dentro de muy poco gracias a su perfecta escritura y su buen hacer en la caracterización de personajes, amén de su capacidad de sorprendernos en todas y cada una de las historias que crea para nosotros.

martes, 12 de agosto de 2014

Globe. Alba Quintas Garciandia





Afrontar esta reseña es uno de los actos más difíciles con los que me he encontrado en los últimos meses, y quizá sea una de las más complicadas de escribir por la calidad que atesora la obra. La dificultad se encuentra en la cantidad de tiempo que hace que no me pongo a reseñar y la falta de soltura que tengo a la hora de dejar caer las letras para expresar mis opiniones. Aún así,  a intentarlo.

La novela que hoy os traigo al Legado de Gilead se titula Globe y su autora, a la que seguramente no conoceréis (por el momento) Alba Quintas Garciandia cuenta tan solo con veinte años y una progresión que, tomándola en perspectiva, da bastante miedo.

Cuando me puse con la lectura de dicho libro, lo hice con unas expectativas bastante altas. En parte la culpa la tuvo la editora de Lapsus Calami, Iria G. Parente, amiga personal, y que me puso el libro por las nubes (algo lógico, ya que era su primera apuesta para lanzar en la línea Odisea) mucho antes de que si quiera hubiese sido impreso. Su sinopsis dada por encima, me hizo levantar una ceja de asombro: ¿Fantasía, toques de SciFi y teatro, todo ello novelado y además original? Me sonaba bastante raro, pero el criterio de Iria es algo que siempre he tenido en cuenta, por ello le di una oportunidad. Os dejaré con la sinopsis oficial, y tras eso, me pongo en serio con mi opinión:

En Globe, todo lo que importa es el teatro. Desde que, hace siglos apareciera el llamado Primer Actor, las comedias y los dramas han sido los únicos dioses de la ciudad. Y también desde entonces, el teatro se ha convertido en una obsesión.
  En un mundo en el que todo lo que importa es la ficción habrá a quienes no les importe derramar la sangre que sea necesaria para convertir la fantasía  en realidad. Por eso, cuando la compañía teatral de todo Globe, aparece muerta, habrá que buscar culpables sin dejar de darle a la sociedad lo que quiere: espectáculo.

Como podéis ver, todo el mundo que ha creado la autora gira alrededor del Teatro. No es que sea un mero atrezzo para la novela. No, ni mucho menos. Nos encontramos con una narración en la que, de repente, un capítulo pasa a ser narrado como una obra de teatro que está siendo interpretada por los personajes del libro que a su vez se han convertido en otros personajes diferentes, con sus miedos, sus intrigas y sus vanidades. Por tanto, he de decir que el perfilado de caracteres que nos regala Alba es cuasi perfecto y sofisticado. ¿Complicado? No, es solo que yo no me explico como debería.

Desde los protagonistas principales de la historia como Gilbert o Jenson, pasando por la misteriosa Nastia, hasta los secundarios como William Stein, la Reina de las Historias, o el enigmático Primer Actor, todos tienen perfilado su papel de una manera magistral, algo que de verdad he de reconocer me ha sorprendido. Pero es que, el “problema” viene cuando la narración pasa a Modo Teatro y nos encontramos con los personajes de la obra que se está llevando a cabo dentro del mundo de Globe, como Jasón, Casandra o Héctor, ya que, éstos también han sido definidos de una manera exquisita para que sirvan a la trama principal y a la secundaria (destinada a la obra de teatro), ya que vemos evolucionar a los personajes a la par que sus roles imaginarios.

Todo esto puede resultar muy confuso de explicar, pero creo necesario hacer hincapié en ello porque tanto la historia principal, como la destinada a la ficticia obra giran una en torno a la otra como si de un símbolo de yin-yan se tratase, y una no se puede concebir sin la ayuda de la opuesta. Ambas complementan la trama contraria y hacen que todo vaya cuadrando a medida que vas conociendo todos los detalles.

Al comienzo de la reseña comenté que la novela tenía toques de Sci-Fi mezclados con Fantasía y para nada me he vuelto loco. A medida que vayáis avanzando en la propia historia, os encontraréis con un
mundo menos avanzado que el nuestro, pero que guarda muchas semejanzas con él. Sin embargo desde el principio queda muy claro que no son el mismo, de ahí cierta escena en la que el protagonista intenta salir de la ciudad por uno de sus lados para, de manera irremediable, acabar en el lado opuesto de la misma. Es por eso que ciertos avances que se encontrará el lector en la obra, no son más que antiguallas a nuestros ojos, pero que a los ojos de los habitantes de Globe parece magia que no pueden comprender.

Tampoco he de obviar el talento de su autora a la hora de crear diálogos similares a los de los clásicos, con esas frases repletas de epicidad y drama que recuerdan a las obras más añejas de los grandes autores. Poemas, canciones, narrativa, teatro... todos los palos son tocados en las escasas doscientas cincuenta páginas de las que consta el manuscrito y todos ellos con una perfección que es digna de elogiar.

Para terminar, comentar que el mundo que ha creado su autora para Globe puede dar más juego del que parece. Es un mundo nuevo, con sus propias leyes, sus normas y dentro de él las cosas no funcionan como en nuestro propio espacio. Ha creado un universo que puede utilizar para millones de historias y eso es un punto a favor para su autora, ya que consigue con tres pinceladas que el lector entienda que donde está pueden ocurrir muchas más cosas que las que se cuentan en el libro que sostiene entre las manos. Además, no podemos olvidar que aunque la trama queda cerrada, al menos en lo que a los personajes principales se refiere, quedan muchos interrogantes en el aire que, por qué no, podrían desvelarse en sucesivas historias y que un servidor, estará encantado de descubrir.
 
Mencionar el excelente trabajo de la ilustradora de la cubierta, Bárbara Hernández. Una artista poco habitual en este tipo de labores (aunque cada vez es más normal verla), pero que con portadas como las de Érase un veZ o El Rey Trasgo, ha demostrado su buen hacer con los colores y sus propias composiciones que, desde lejos, dejan a las claras que son su impronta personal e intransferible. Buen ejemplo es esta portada que captura casi por completo la esencia de la novela con esa máscara de teatro en primer plano.

Mi conclusión es que el primer lanzamiento de la colección Odisea en la editorial Lapsus Calami es un excelente acierto de cara a lo que estamos acostumbrados a leer y que, a ojos de un servidor, ha valido mucho la pena la espera. Recomiendo su lectura ya que es ágil, sencilla, divertida y te hará interesarte por el teatro en el caso de que antes no lo hubieses hecho, y más si cabe si ya eras un apasionado de él. Y por supuesto quiero destacar su originalidad y el hecho de nunca haberme encontrado con una novela de este corte.

La pregunta que yo dejo en el aire es ¿hasta dónde llegará esta autora cuando su pluma madure de verdad?

lunes, 11 de agosto de 2014

El reparador de biblias. Tim Powers





Esta mañana he terminado por fin de leerme la mini antología de relatos de Tim Powers editada por Gigamesh y con título El reparador de Biblias. Con cuatro historias nada más, el autor deja muy a las claras su perfecto majeo de las historias de Sci-Fi y de lo que le echen, ya que aquí vemos representados los géneros de fantasmas en dos ocasiones, el terror, la fantasía… y todos con una calidad extrema.

Dondequiera que se oculten. Relato de SciFi con Viajes en el tiempo de por medio que muestra la maestría del autor a la hora de narrar este tipo de historias. Un protagonista que se encuentra consigo mismo en bucle, en su propia paradoja temporal y sufriendo los efectos secundarios de dicho problema.
Un alma embotellada. Fantasmas y espíritus atrapados en objetos y que han dejado atrás algo que les lastra y ancla a nuestra dimensión. Un relato cargado de melancolía, tristeza y pena, pero que tiene una narración impresionante.
El camino de bajada. Una reunión “familiar” fuera de lo común y que lleva celebrándose cientos de años en la que nadie es lo que parece, ni hombres, ni mujeres, ni niños… Ciencia ficción y terror a partes iguales, y con un mensaje subyacente en la historia que nadie debería obviar.
El reparador de biblias. Un señor con un oficio como el del título del relato que se encuentra con la tesitura de si ayudar a un hombre al que le han secuestrado a su hija, cuando su profesión es la de rescatar almas.  

Es interesante ver cómo aborda el tema de los viajes en el tiempo ya que, las rupturas en el entramado espacio temporal están ya muy vistas, lo que no es nada original. Sin embargo la manera en la que él lo aborda si es algo con lo que un servidor no está acostumbrado, introduciendo los cambios en tiempo real en ambos planos dimensionales, lo que le da un empaque más grande a dicho relato.


Como antología que es, poco puedo decir de ella, ya que como sabéis no soy dado a comentar los relatos que los componen uno a uno desde hace mucho tiempo. Solo apuntar que el que da nombre a la misma es el que me ha parecido más flojo a pesar de ser el más valorado por muchos de sus seguidores y todo por culpa de la cantidad de detalles extraños e inconexos en apariencia entre sí que pueblan la historia que, por otro lado es excesivamente corta.

Eso sí, he de reconocer que me ha costado mucho su lectura. Tiene una prosa muy sencilla de leer, sin embargo cómo lo cuenta se me ha atravesado en varias ocasiones, perdiéndome entre la narración con detalles y pasajes que no entiendo por qué forman parte de la historia. Pero esto es posible que sea una percepción personal y sea culpa de que mi intelecto no esté preparado para dicha lectura. De hecho he tomado la decisión de releerlo de nuevo.

Si habéis disfrutado de la serie Black Mirror, haceos con esta serie de relatos inconexos entre sí, ya que os hará recapacitar sobre muchos temas relacionados con la identidad de cada uno, las consecuencias de vuestros actos en un supuesto viaje en el tiempo o de hasta dónde estaríais dispuestos a llegar para salvar un alma atormentada.

Por cierto, y acerca del autor, apuntar que este año ha estado presente en el Festival Celsius de Avilés y me he encontrado con una persona amable, cercana y sencilla capaz de parar su propia cena para poder posar con algún fan enfervorecido que le ha reconocido en el restaurante. Y eso amigos, eso no tiene precio.