lunes, 7 de enero de 2013

Y pese a todo... Juan de Dios Garduño

Feliz año a todos y de nuevo bienvenidos a este blog. Hoy me pongo a comentar una novela que desde un principio me atrajo pero, por unas cosas u otras ni leí en su momento, ni busqué referencias de la misma. Simplemente me dejé llevar por el temporal. Como ya comenté anteriormente en algún que otro reseñado, la literatura zombie no me atrae mucho. Reconozco que tiene sus cosas, ya que pone al límite al ser humano ante una amenaza más bien inmortal y le hace llegar a situaciones extremas difícilmente alcanzables en otros géneros. Pues bien, lo que me habían vendido como una novela zombie, no lo es tal. Quedaros con este dato porque es muy importante. No es una novela de zombies, y punto.

Vayamos con la sinopsis, que si no, me enrollo.

Bangor, en el estado de Maine es un pueblecito pequeño de Estados Unidos, insignificante en comparación con otras grandes urbes del pais americano. Obama, su presidente, ha recibido informes que confirman que Irán va a atacar territorio estatal, por lo que éste, declara la guerra al país asiático. Es cuando entran en escena China y Rusia, que deciden formar parte en el enfrentamoento aliándose con Irán, algo que Israel y Gran Bretaña no pueden dejar pasar, aliándose a su vez con Obama. Comienza así una encarnizada guerra que, pese a la insignificancia de aquel pequeño pueblecillo, azota tambien sus cimientos.

La Tercera guerra mundial ha comenzado, y como requieren los nuevos cánones, ambos bandos entienden que los costes de las armas nucleares son demasiado elevados, por lo que toman la equivocada decisión de utilizar armas químicas, algo inédito en la historia bélica del planeta, y letal para la misma, ya que en poco tiempo erradican casi en su totalidad la mayor parte de la civilización.

Es aquí cuando entran en juego nuestros protagonistas, Peter, Patrick y Ketty, hija del primero, y que son los únicos supervivientes del pequeño pueblecillo llamado Bangor. Rodeados de frío y de nieve y la constante amenaza de saqueos y otros peligros, tendrán que resistirse al peor de los enfrentamientos, ellos mismos, ya que se odian a muerte desde hace unos años. Pero en su guión privado tendrán que elegir entre su mutua animadversión o su supervivencia cuando unos nuevos visitantes aparezcan en el pueblo.

Como he comentado antes, la novela me la presentaron como un relato de zombies. No es que me desagraden, pero creo que, a pesar de el tremendo auge que está teniendo en estos últimos tiempos el género Z, se está comenzando resentir de tanta publicidad y bombardeo mediático que está sufriendo, ya sea por la ingente cantidad de títulos que se editan año tras año, o por la famosa serie basada en su cómic homónimo, Los muertos vivientes. Y no es porque estos ejemplos de "zombificación" sean de baja calidad, ni mucho menos. Títulos como Guerra
Mundial Z de Max Brooks, Apocalipsis Z de Manuel Loureiro o Los Caminantes de Carlos Sisi son los culpables de elevar el género Z a la categoría especial de subgénero de terror de moda con suficientes argumentos propios como para tenerlos en cuenta, tanto a los títulos como a los autores.

Pero volviendo a lo que nos interesa, Y pese a todo... no es una novela de zombies a pesar de estar incluida en la serie Z de la Editorial Dolmen. Es algo que aun no logro entender y que intentaré desentrañar si alguna vez tengo la oportunidad de hablar con su autor. Como me pasó con la novela de El evangelio del mal, hace ya mucho tiempo leida, lo que me atrajo de esta historia no fue su trama, ni su ambientacion, ni lo diferente de su título. No, lo que me atrajo fue su potentísima ilustración de portada, con ese entorno helado y ese ser grotesco en primer plano, obra de Alejandro Colucci. Sí amigos, porque si hay una cosa que a veces una buena portada puede conseguir sin contar para nada con su sinopsis es eso, atraparte desde el principio y obligarte a coger el libro entre tus manos cada vez que te acercas a una librería y localizas dicha imagen entre las miles que te rodean. Pero por avatares del destino siempre dejé atrás su elección y me introduje en otros mundos bastante alejados de este que Garduño me ofrecía. Hasta que me decidí a leerlo.

He de decir que su trama me atrapó en tan solo quince páginas. Fue una declaración de amor a primera vista. Su prosa, y siento decir esto, me recordaba al maesro Stephen King de una manera soberbia. Además, a modo de homenaje, toda la ambientación de la historia estaba centrada en este pequeño pueblecito llamado Bangor, precisamente el lugar de nacimiento del maestro. Pequeñas descripciones del pueblo, de sus habitantes y la obligatoria introducción de cómo Estados Unidos e Irán entraron en guerra, fueron las que empezaron a tejer sus redes entre mis manos intentando conseguir que no dejase la lectura. Y lo consiguieron.

En cuanto comencé a leer, mis ojos no podían despegarsede sus letras. Una a una formaban palabras que unidas entre sí, creaban unas frases que mi cerebro no era capaz de dejar de leer. Porque sí amigos, si Garduño hace algo bien, es mantenerte atrapado entre sus letras.
La trama, a pesar de no ser original, porque seamos sinceros (¿Cuantas novelas de este mismo corte existen en el mercado?)va avanzando con un ritmo pausado pero enérgico, y mostrando a cada capítulo las facetas y personalidades de nuestros protagonistas. No se anda por las ramas y va directo al grano en cada una de sus páginas para que el lector no se aburra con las interminables redacciones que otros autores utlizan para explicar sus argumentos.

Es así como conocemos a sus tres protagonistas, Patrick, Peter y su hija Ketty. El trío principal es el que acapara todas las acciones del argumento y, aunque pudiese ser un hándicap desde el principio, no lo es en aboluto, ya que Juande es capaz de retratar a cada uno de ellos con una perfección milimétrica casi obscena, como si éstos existieran de verdad y los conociese de antemano. Todos ellos están llenos de matices que resaltan mas si cabe la calidad de la novela, y son los que sostienen con entereza la trama, dotand a ésta de una verosimilitud pocas veces vista por un servidor.

Llegados a este punto he de puntualizar una cosa. Si en algo se asemeja Garduño al maestro King, es en la capacidad de hacernos caer en la falsa idea de que los verdaderos protagonistas de sus historias son esos argumentos fantásticos y terroríficos que suelen nadar por entre sus páginas, manteniendo al lector en vilo durante buena parte de su trama. NO, en eso se nota que Garduño ha leido mucho a King. El frío, el hielo y la amenaza externa no son mas que meros acompañantes de la verdadera protagonista de la novela, que no es otra que la enorme inquina que se tienen ambos antagonistas. Todo en la trama es secundario, hasta los propios personajes, que se ven eclipsados por una perfecta disertación sobre el odio humano y los límites de este en algunos individuos. Hasta qué punto los actos del pasado pueden hacer que un hombre pierda la cabeza y olvide su verdadera condicón. Esto es lo que, a mis ojos, hace sublime esta novela.

A partir de aquí, no nos queda mas remedio que hablar de los invitados especiales de la trama, sus seres sobrenaturales. Podrían haber sido zombies, pero no son tal, cosa que agradezco, y mucho. Yo los denominaría mas bien como mutantes, ya que las descripciones que nos ofrece Garduño de ellos están bastante alejadas de los torpes y lentos tontorrones sin cerebro que plagan las novelas de dicho género. Para mi, Mutantes sería la mejor definición para estos seres extraños, voraces e inteligentes que no dudan en acabar con las vidas humanas para saciar su propia hambruna. Y no entraré más en detalles, ya que no quiero plagar de Spoilers esta humilde reseña.

Además de esto, la novela está plagada de referencias a otros autores conocidos del género de Terror, como Poe, Lovecraft, Matheson y el citado King. Garduño ha bebido de los grandes, ha utilizado lo mejor de cada uno y lo ha volcado en sus letras para enamorar al lector con una historia que, lejos de dejar de ser terrorífica, está llena de dulzura, odio, sentimientos, redención y perdón, reflejo de las almas atormentadas que son sus tres protagonistas principales.

Si he de mencionar algo negativo sobre la novela, es su final. No me malinterpretéis. No es que tenga un final malo ni mucho menos, sino que el autor de Y pese a todo... como comenté en la reseña de Robopocalipsis, lo deja demasiado abierto para mi gusto, dejando en el lector un regusto lo suficientemente agradable como para llegar a añorar una continuación, y eso es algo de lo
que últimamente se abusa en exceso. El escaso número de páginas está absolutamente justificado para la historia que cuenta, no necesita mas ni menos. Pero un final algo más firme habría sido mas beneficioso para la novela... o mejor dicho para mi paladar, ya que es algo absolutamente personal y subjetivo.

Novela enorme, que eleva a Juan de Dios Garduño a los altares de la literatura española y que yo, desde aquí, recomiendo humildemente a todos los que se atrevan a leer mis reseñas. Destacar que de manos del director de cine Miguel Ángel Vivas, la adaptación de la historia será llevada a la gran pantalla, en principio, para finales de este nuevo año 2013 y con el título de Welcome to Harmony. No hay mejor broche final para esta excelente novela.

3 comentarios:

  1. Muy buena novela sin duda. Muy Kingniana. En cuanto a tu pregunta de porqué la incluyen en la línea Z yo tampoco le encuentro el motivo. Un saludo.

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  2. Hola Alcorze!! Gracias por contestar!!
    Yo hasta se lo pregunté a Juande, y ni él sabía la razón, aunque a decir verdad, le ha venido muy bien, porque el sector de aficionados a la serie Z es enorme, y le ha hecho acabar en las estanterías de gente que, en principio no se habría acercado a él.

    Un abrazo y gracias por tus comments!

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  3. Por fin me paso a leer tu estupenda reseña de este estupendo libro.

    Yo también hubiera deseado leer otro final, y no porque deje la historia abierta (en mi opinión, es un cierre; abierto, pero un cierre al fin y al cabo) sino porque esperaba algo más del tipo "La niebla" de Darabont. Yo es que soy pesimista acabado xD

    Aún así, es un buen final y, sobre todo, coherente. El resto de la novela es excelente, y como bien dices, es el factor humano (la amistad/rivalidad de Peter y Patrick; y esa dulzura de niña) lo que engrandece una, a simple vista, sencilla historia de género narrada con muy buen pulso.

    Saludos ;)

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