sábado, 9 de marzo de 2013

La sangre de los Farkas. José María Lluch Pérez.


 Buenas tardes de nuevo, amigos de este humilde blog. Hace unos días comenté mis impresiones sobre una novela llamada Pueblo de Sombras de David Pardo, bastante bien estructurada y con un argumento muy definido. Pues bien, la novela que hoy vamos a tratar está muy en la línea de la anteriormente citada y ya he de avisar que queda muy por encima de las expectativas que tenía sobre ella. Pongámonos con su sinopsis antes de comenzar a "destriparla".

Ron Olson es un conocido crítico gastronómico que trabaja para un pequeño periódico en la ciudad donde vive. Su vida, idílica junto a su mujer y su hija Kate de ocho años, se ve rasgada cuando su esposa Anne contrae una terrible enfermedad que poco a poco la va consumiendo hasta que acaba con su vida. En pleno bloqueo creativo, abandona su hogar junto a su hija para asentarse en Shilton, New Landas, un pequeño pueblo costero en el que gracias a la herencia de su abuela Mariela, posee un enorme caserón que se encuentra semiabandonado.

Con el objetivo de rehacer su vida con su niña de ocho años y retomar la escritura, se instala en la casa junto a la antigua asistenta de su abuela e intenta disfrutar del nuevo aire fresco que parece respirar su vida. Pero la casa, como todo lo antiguo, guarda sus secretos y estos comienzan a dejarse ver primero ante los ojos de su hija y mas tarde a los suyos propios. Un mal acecha en cada rincón de la mansión y está esperando a tomar lo que es suyo por derecho. La sangre de la familia Farkas de nuevo ha despertado y busca ser renovada...

Para comenzar he de decir que la novela tiene mucho parecido a la anteriormente citada Pueblo de Sombras, tanto en su comienzo como en ciertos aspectos relacionados con la ambientación y parte de su argumento. En este caso concreto, toma mucho de las novelas de Stephen King, con ese escritor frustrado que abandona la gran ciudad por una u otra razón, y se retira a algún lugar apacible a encontrarse consigo mismo y así reiniciar su relación con las musas, que le tienen abandonado. En este aspecto, la novela no es original, pero no por ello vamos a desprestigiar lo que cuenta su autor. Tambien me recordó mucho a El camino de baldosas amarillas de Juan de Dios Garduño, por ese secreto escondido en lo profundo de la mansión, un mal antiguo, sobrenatural, que acecha a la espera de conseguir una nueva presa.

Lo que mas me ha sorprendido de la novela, sin duda, es la manera de escribir de José María. Su prosa es bestial. Cuidada, concreta, llena de metáforas, descripciones... Es curioso ver este tipo de escritura tan obsesivamente centrada en el detalle, y que el autor que la utiliza sea  alguien que aun no ha publicado su obra en papel.

Volviendo al tema de la narración, esta está tomada desde el punto de vista del protagonista, Ron, que es el que se encarga de contar todos los sucesos en primera persona. Para mi, es de lo mas acertado, ya que viajas a su lado durante toda la trama, y ves y sientes lo mismo que él por lo que te es muy difícil adelantarte a los acontecimientos que más adelante se puedan ir sucediendo. Eso sí, durante toda la novela no hay ni un solo momento en el que el narrador cuente algo de lo que no pueda haberse enterado antes, cosa muy habitual en este tipo de narraciones. Por tanto, un punto más a favor del conjunto de la obra.

Uno de los problemas que le he encontrado a la narración, es que lo mismo que he halagado anteriormente, su exquisito gusto por el detalle, le quita muchos puntos a la hora de abordar la novela. ¿Por qué? Porque debido a su corta extensión (alrededor de las ciento cincuenta páginas) el exceso de palabras utilizadas en la descripción de las cosas, le resta mucho espacio al argumento en sí, siendo este más lineal de lo que podría haber sido. Cuando llevas cincuenta o sesenta páginas, echas la mirada hacia atrás para ver cuánto ha avanzado la novela, y descubres que realmente aun estás en la toma de contacto con los personajes y el entorno... Y eso juega en contra del lector.


Pasando ahora por el tema de los personajes, sin duda Ron, su protagonista es el más aprovechado de todos. Los demás, su hija Kate, la Señorita Poe (no me queda claro si es una referencia al gran escritor de terror, aunque es muy curioso decantarse por este apellido y no por otro cualquiera), el librero Marcus... pecan de dar la impresión de no haber sido aprovechados. Todos tienen unos trasfondos perfectos para ser utilizados de una manera mas acentuada, ya que sus matices son perfectos para desarrollar más sus identidades. Pero de nuevo, o al menos yo se lo achaco a este factor, la extensión del manuscrito juega en contra de este detalle.

He de destacar ciertos aspectos que me han llamado soberanamente la atención, sobre todo lo relacionado con el Sr. Marcus Nobson, propietario de la librería de viejo del pequeño pueblo y poseedor de uno de los pasajes mas acertados de la novela. La narración de las diversas obras que pueblan las estanterías de su tiendecita, sus títulos y referencias, provocan que durante al menos unos segundos dudes de si verdaderamente aquellos extraños manuscritos existen en la vida real. El olor a papiro ajado, a tapa de piel, a polvo de papel, inunda las fosas nasales del lector mientras pasea por dicho pasaje gracias a la excelente descripción del autor.

Por último, quiero mencionar el final. Este por suerte no es atropellado, sino todo lo contrario. La narración se toma su tiempo con él, mostrando claramente que el escritor ha trabajado mucho esta parte, y no ha tenido prisa por escribirla, meditando detenidamente cuales serían los pasos a seguir por su personaje, y huyendo de esos finales tan bruscos de los que últimamente nos vemos tan acostumbrados. La última parte de la novela, condensada en las últimas veinte páginas son una delicia, ya que por fin nos ponen frente a la malignidad que acecha tras cada puerta de la mansión, y nos deja recrearnos con su malevolencia y su perfecto desenlace conclusivo.

Por tanto, una más que satisfactoria lectura que, por cierto, me fue enviada por el propio autor y que, desde aquí, le agradezco enormemente porque además acertó de pleno con el argumento, ya que un servidor, es ferviente seguidor de las perversidades hechas forma que conviven en el caserón de los Farkas. Gracias a esta lectura recuperamos en cierto modo la antigua visión que se tenía de tan insignes y pérfidos personajes.

Dadle una oportunidad porque de verdad, no saldréis arrepentidos de su lectura. Si tuviese que darle una puntuación, sin duda el notable alto y el sobresaliente estarían dándose la mano por su cercanía. Gracias a todos por leer este humilde blog reseña a reseña.


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