sábado, 4 de mayo de 2013

Aplaudan al salir. Daniel Pérez Espinosa


De nuevo nos encontramos aquí rodeados de miles de libros listos para reseñar. Las estanterías de mi biblioteca se llenan cada vez mas de todo tipo de novelas, pero la mayoría últimamente pertenecen a autores españoles. La de hoy posiblemente sea la novela para reseñar más difícil de las que me he encontrado nunca, ya que la temática, como la narración y el fondo de la misma no son tratadas, ni mucho menos de la manera normal. Pongámonos en precedentes mediante una sinopsis, como siempre.

Sergio se da cuenta de que su vida se ha convertido en un círculo de repeticiones constantes. Sus amigos representan siempre la misma escena, su psicoanalista parece que escucha, pero solo dibuja garabatos en su libreta, su casa se desmenuza ante sus ojos como si estuviera fabricada en cartón piedra, y los desconocidos conspiran para que todo le salga mal. Las luces se apagan en un acto y se encienden en el siguiente, llevándolo de uno a otro para que no escape. Es inevitable, el guión debe seguirse hasta el final, sea cual sea. Después, el público aplaudirá y saldrá de la sala, y la vida de Sergio habrá dejado de existir.

Si alguien de los que están leyendo esto ha leido habitualmente mis reseñas, sabrá sobradamente que mi capacidad para captar metáforas y segundas lecturas en estas obras es prácticamente nula. Pues bien esta novela está cargada de ellas, y durante toda su lectura aunque reconozco que me ha mantenido bastante atrapado, he estado preguntándome desde el principio qué era lo que Daniel quería mostrarnos con este ensayo literario tan difícil de desmontar para mi.

La culpa no es de la narración ni de su lenguaje, ni mucho menos, ya que el autor tiene una facilidad para la escritura bastante mas correcta de la media en comparación con otros autores noveles, porque no nos olvidemos de que esta es la primera vez que Daniel publica su obra en papel. Una prosa muy cuidada y llena de detalles que permiten al lector con facilidad ponerse al corriente de lo que va sucediendo, a pesar de que como yo, no le encuentre al principio mucho sentido a lo que está ocurriendo.

Me imagino a los gafapastas que estén leyendo esta reseña (me extraña que aterricen por aquí pero todo es posible) sonriendo al ver que en general me ha parecido una lectura difícíl y extraña, complicada de entender. Pero la verdad es que es así. Todas las novelas se deben leer en condiciones favorables, y yo no puedo decir que no lo estuviese ya que la obra de este escritor la he buscado durante mucho tiempo debido a las buenas palabras que había escuchado sobre la misma.

Cuando todo comienza el narrador nos cuenta como a Sergio se le va rompiendo todo lo que le rodea, detruyéndose a su paso, casi como si de un superhéroe novato se tratase, sin saber manejar sus poderes. Si come con un cuchillo, este se desmonta entre sus manos. Si se sienta en una silla, la madera que la forma cede por sus juntas y su ocupante acaba con sus huesos en el suelo. Todo a su paso sufre este tipo de accidentes y Sergio no sabe a qué puede ser debido. Acude a su psicoanalista, pero a cada pregunta del paciente, solo encuentra nuevas preguntas que le sumergen en un mar de dudas cada vez mas agitado. Para colmo, su grupo de amigos le parecen de lo mas estereotipados además de que no le hacen mucho caso cuando intenta entablar conversaciones con ellos. Su novia, su familia, la gente que le rodea y que no conoce... A Sergio todo le da vueltas y le acaba agobiando de la manera mas absoluta posible, creando una atmósfera desasosegante espesa como una sopa de pasta demasiado cocida que podría cortarse con un cuchillo, y que para mérito de su autor, te atrapa y no te suelta hasta las últimas páginas.

Y no te suelta por una razón muy sencilla, esto es terror del de verdad. Es terror cotidiano. Es el terror de aquel se levanta cada día y se da cuenta de que de nuevo tendrá que sufrir los mismos designios que una y otra vez se repiten día a día. Es el miedo a salir de casa y no aceptar que tu vida es una mierda y ésta se está haciendo cargo de tí, está cogiendo tus riendas y no al contrario. Es pavor a no salir de esa espiral de repetición, rutina, autoengaño pero acabar aceptando que esa es la vida que te espera hasta el día que abandones este viaje que llamamos vida. Pero no es mas que una muerte en vida.

Daniel todo esto nos lo muestra de una manera muy difícil de seguir, pero sospecho que él mismo es consciente de que lo ha hecho así, de que realmente era la manera en la que quería reflejar esta vida repetitiva que todo ser humano ha de enfrentar si quiere descubrir quien es él mismo. Y eso es lo que da tanto miedo en esta obra. Sí, está llena de recovecos, de atajos, de engaños... Pasajes increiblemente desconcertantes, como aquellos en los que los protagonistas hablan sobre sí mismos como si de personajes de una obra de teatro se tratasen y ellos solo fuesen meros actores que interpretan las personalidades planas de sus papeles, pero a su vez, en estas discusiones, opinan sobre los roles que les ha tocado caracterizar y los defendiesen como si de verdad fueran ellos mismos en la Galaxia de la historia, rebasando contínuamente la delgada línea que separa sus realidades de ficciones. Todo esto que suena tan confuso es lo que muestra la novela sin ninguna duda, igual de extraño, igual de desconcertante.

Los entendidos y profesionales de este intrusismo que yo realizo cada vez que hago una reseña, califican el estilo de la novela como algo metaliterario, metadramaturgia, y otras palabras que comienzan con meta- y que yo no sé definir porque en realidad no sé qué significan. Lo que sí puedo decir es que esta novela no te dejará indiferente ni mucho menos. O te gusta de una manera extremadamente exagerada, o la odiarás por encima de todo. Solo tendrás que elegir tu bando. Yo no sé en cual de ellos quedarme, porque el sufrimiento que sentí al no entender qué buscaba el autor mientras escribía su novela pero a medida que iba avanzando y descubriendo las cuerdas, sacos de arena, telas y engranajes que se escondían detrás del escenario, mostrando la realidad subtérfuga, me llené de un gozo enorme, por lo que mis sensaciones se vieron altamente enfrentadas de una manera incongruente.

Si la propia reseña te ha parecido interesante a la vez que desconcertante, no pierdas el tiempo y ataca sin temor a este ensayo sobre la rutina y el pavor que nos produce salirnos de nuestro propio camino porque, créeme, incluso aunque no te guste lo que acabes leyendo, acabarás atrapado por la tela de araña de su autor y sufrirás una de las experiencias mas mareantes y desconcertantes que jamás hayas encontrado escondida entre las letras y palabras de un libro.

4 comentarios:

  1. No conocía ni el libro ni el autor, pero me ha gustado mucho tu reseña. Me lo apunto.
    Un beso!

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  2. Gracias por lo que me toca aunque el mérito es del autor, no mío. Es muy difícil mostrar lo que sentí al leer la novela... Es una sensación muy extraña como has podido ver, pero anímate con ella, solo es un Euro en Amazon y merece la pena.

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  3. Muchísimas gracias por esta extensa y elaboradísima reseña, Toluuuu. Yo creo que has captado bien la esencia de la novela. Cierto que es compleja, pero si desconcierta es que logra su cometido. Un abrazo y enhorabuena por el artículo.

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  4. Sentía que en algún momento oiría el lobo estepario

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