sábado, 11 de enero de 2014

El autor de este libro es un zombi. Javier Martínez




Hoy nos vamos a salir de la norma establecida en este blog y nos adentraremos en las letras y páginas de una novela destinada al público juvenil. De la mano de Everest nos llega esta historia llamada El autor de este libro es un zombie, y firmada según la portada del mismo por los Hermanos Abad, a todas luces un pseudónimo ya que, al asomarnos a la contraportada del ejemplar, descubriremos que su autor se llama en realidad Javier Martínez.

Mi historia con este libro es simple. Coincidí con el escritor en una charla sobre literatura de terror en un evento al que ambos habíamos sido invitados junto a otros compañeros. Tras charlar un rato, me ofreció su novela para reseñarla al saber que mi tiempo libre lo ocupaba con dichos menesteres. Acepté el reto y seis meses después este es el resultado. Nos pondremos con la sinopsis y tras eso, comenzaremos con los detalles.

Sinopsis: En un pueblecito costero, dos hermanos se acercan al pequeño bazar que regenta Dionisio. El recado que les ha encargado su madre es que repare un pequeño desperfecto en un cuadro que tenían colgado en casa. Tras dejarlo allí, vuelven al cabo de un tiempo y el tendero les devuelve la ilustración con un curioso garabato como remiendo. Los chicos al pedir explicaciones, reciben la noticia de que un nuevo ayudante se ha encargado del arreglo. Además, el tendero les enseña unos extraños cuadros salidos de la mano de dicho ayudante, que abre la curiosidad de los Hermanos Abad y les llevará desde ese momento a un espectacular trabajo de investigación y pesquisas alrededor de la figura del Señor Dostoievsky, el extravagante e histriónico ayudante de Dionisio.
 
Con esta original premisa, comienza esta historia que, sin lugar a dudas, es ante todo… singular. Los Hermanos Abad son los personajes principales y los encargados de mostrarnos todo lo que acontece a través de sus ojos y letras, ya que lo que nos vamos a encontrar entre las páginas de “El autor de este…” es una traslación escrita de una declaración oral: la que el Sr. Dostoievsky les explica a los chavales. 

Sin duda, la historia es onírica e infrecuente tanto en el modo de ser narrada, como en su argumento, ya que la manera de expresarse del ayudante de Dionisio fluctúa entre la lucidez y la fantasía, algo que nos queda claro desde el primer momento. A pesar de que todo el peso de la trama recae sobre los hombros de los dos hermanos, en cuanto la figura del desharrapado personaje hace aparición, roba todo protagonismo a los chavales y se apunta todo el mérito de lo entretenido de la masa argumental. Sus excentricidades, sus respuestas fuera de lógica y sus incoherentes y enigmáticas palabras, son las que llevan al lector a entrar en el juego del autor y en breves minutos se ve ahorcado por las páginas que no le dejan respirar ni un solo momento.

La inclusión en la historia de cierto elemento chamánico relacionado con la magia vudú haitiana, es un soplo de aire fresco si lo comparamos con la mayoría de lecturas que nos podemos encontrar en el género de terror juvenil. Cierto es que el verdadero gancho no es otro que la palabra “zombi” que aparece en su portada y que seguramente atrapará a más de un lector esperando las dosis típicas de sangre, vísceras y casquería relacionada con tan mítico referente del terror. Pero nada más lejos de la realidad. El autor se desprende de esa literatura, y nos cuenta una insólita aventura, más estrambótica si cabe al ser narrada por el Sr. Dostoievsky.

He de reconocer que, para ser una novela destinada a chavales de 12-14 años, tiene un lenguaje exquisito, sobrio, muy elaborado, y nada parecido a lo que nos tiene acostumbrado el género, generalmente dado a usar un idioma alegre, coloquial y gráfico, muy poco dado a lucirse por miedo al no entendimiento de sus lectores.
 
He de resaltar como nota negativa precisamente lo mismo que tanto me ha gustado, y es que tanto la trama como el lenguaje tan enrevesados y correctos que utiliza el autor pueden confundir y aburrir a los lectores menos avezados ya que su argumento te exige tener toda tu atención volcada en sus páginas debido al misterio que rodea a los Hermanos Abad.

En definitiva, un argumento con tramos muy confusos pero que, en cuanto traspasas la línea de la presentación de personajes, estás atrapado en la tela de araña que es su historia, y que no dejarás hasta que descubras lo que se esconde tras la imagen mística y andrajosa del Dr. Dostoievsky, su pilar principal.

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