lunes, 6 de enero de 2014

Ciudad Humana. Carlos J. Lluch




Hace muchísimo tiempo, debí asomarme por aquí para enfrentarme a la reseña que hoy he decidido aportar a nuestro humilde blog. De hecho, Chuppy, que ya la ha reseñado, lo hizo más tarde que un servidor, y sin embargo nos obsequió con su visión de la misma de la que, por cierto, salió muy satisfecho. 

La novela de la que os voy a hablar esta vez es Ciudad Humana, de Carlos J. Lluch. Un muchacho que desde que se atrevió a dar el paso y autopublicar su propia historia, está dando mucho que hablar en los círculos literarios por los que se mueve. Y leyéndolo como hicimos nosotros, entenderéis por qué. Pasemos primero por la sinopsis y tras eso, nos meteremos en harina. 

Sinopsis: Año 2040. Han pasado 25 años desde la aparición del primer brote zombi y casi 20 desde que el mundo quedó arrasado. En Cartagena, al sureste de España, han conseguido aislarse de los muertos vivientes y se ha instaurado una sociedad lo más parecida posible a la antigua civilización. Gonzalo Gutiérrez, hijo del hombre que hizo posible la supervivencia de la ciudad, se prepara para ser elegido oficialmente como presidente. Pero la paz no dura mucho. Asesinatos, atentados y el regreso de una de las peores lacras del mundo pretérito lo llevarán al límite, viéndose obligado a traspasar fronteras que jamás hubiera imaginado. ¿Estará dispuesto a sacrificarlo todo por la supervivencia de la ciudad?
 
He de reconocer que desde el primer momento, la novela me sorprendió. ¿Por qué? Porque en esa época, mis últimas lecturas habían sido todas del género Z (Tom Z. Stone, de Joe Álamo, El cuarto Jinete, de Víctor Blázquez, De Madrid al Zielo, de Alfonso Zamora) y pensaba que una nueva novela de dicha temática no me traería nada nuevo. Y me equivoqué de plano. La historia no solo guardaba una trama excepcional, sino que además, su contenido estaba mimado hasta el extremo, algo que agradecí de inmediato.
Si comenzamos con los personajes, es obligatorio hablar de los tres que encabezan el reparto del mismo: Gonzalo, Alejandro y Nacho; este último más conocido por “Sheriff King” debido a su atuendo diario, como un policía americano de los que vemos normalmente en las películas. Si habéis leído su sinopsis, el mundo ha sucumbido a un virus que ha exterminado la población y Cartagena es uno de los pocos reductos que quedan en pie y en los que se están acumulando los humanos para levantarse de sus cenizas y comenzar de cero. Tarea nada sencilla para el que está a punto de ser erigido como su presidente: Gonzalo.

Tanto el susodicho presidente, como sus dos compañeros de aventuras, están perfilados de una manera impecable y, como reza el título del libro que protagonizan, son verdaderamente humanos. Sus personalidades llenas de matices y de diferencias entre ellos, son las que nos brindan los mejores momentos de la narración, ya que sus puntos de vista harán que choquen en multitud de ocasiones a la hora de afrontar los diversos problemas que van apareciendo en el horizonte en una sociedad recién creada y que aún ha de asentarse y acostumbrarse a sus propias normas, esas que ellos mismos han creado.

A este elenco de principales, les acompañan otros secundarios que, sin ser de la relevancia de los primeros, sí que tienen su peso en medio de la trama y cargan parte de su pesos sobre sus hombros, sosteniendo más si cabe la relevancia de la misma. Entre ellos destaco a Alfy y a Charly, los Freak Brothers, que regentan una antigua tienda de cómics y son tratados en la historia como una especie de oráculo debido a su extenso conocimiento del mundo Freak y por tanto, de las historias ficticias de supervivencia entre zombies. Otro personaje que a mí me llamó mucho la atención, fue El Príncipe, un traficante que vive al margen de la ley y que tendrá su parte de importancia dentro de la novela. Tampoco me quiero olvidar de Sir Conroy, otro personaje de esos que te dejan huella y necesitas más de sus apariciones. Quizá llegados a este punto, debería admitir que lo malo que le puedo achacar a este grupo de personalidades es que no hayan sido más explotados en la novela, ya que sus líneas argumentales propias habrían dado para mucho más.

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Si tenemos que hablar de otro de los personajes principales, sin duda es Cartagena, o como se la conoce ahora: Ciudad Humana. Y la ciudad está muy bien elegida no sólo porque su autor sea de allí y la conozca a la perfección, sino que su emplazamiento natural al lado del Mar Mediterráneo y las siete colinas que la flanquean la hacen especial a la hora de defenderse de las hordas de no muertos, sin olvidar los muchos recursos naturales que tienen a su alcance. Durante la trama, Gonzalo cuenta que la ciudad fue defendida por sus propios habitantes, y la única que logró resistir ante la embestida del virus. Su padre, y verdadero fundador de la ciudad fue el que puso las bases de la misma, y la que consiguió levantarla de sus cimientos, y ahora Gonzalo es el que con su honestidad, su talante y su rapidez de reflejos la ha mantenido constante en el tiempo. Pero claro, los costes de una civilización se ven pronto reclamados por sus propios habitantes, muchos de ellos afincados desde los inicios, otros refugiados desde hace poco tiempo. Porque Ciudad Humana no solo está formada por antiguos habitantes, sino que además está abierta a todos aquellos que van llegando del exterior y que, por cosas del azar, suelen ser los que más quebraderos de cabeza les dan a sus líderes. 
 
Otro aspecto que me gusta de la trama es lo bien que su autor ha barajado os distintos aspectos que deberían ser importantes en una ciudad recién levantada de un apocalipsis de esta envergadura. En la historia podemos ver varios capítulos en los que se tratan los temas relacionados con la educación, la sanidad, la seguridad (encarnados por los Z-Men, el cuerpo especializado en estos menesteres)… y la política. Porque sí amigos, durante un pequeño tramos de la misma nos enfrentaremos a una pequeña subtrama de esta faceta que de hecho quedará muy bien desenvuelta.

A todo esto hay que sumar que, en medio de la reconstrucción de la ciudad y cuando todo parece que comienza a florecer, la aparición de una serie de asesinatos pondrá patas arriba a toda una ciudad, y sumará otro quebradero de cabeza a Gonzalo, que no parará hasta dar solución.

Y por último, no quiero cerrar la reseña sin hablar del tercer grupo de personajes importantes en este tipo de novelas: Los zombies. Porque aunque no son muy importantes en la misma, sí tienen su parte de relevancia durante varias fases de la historia. No son los verdaderos protagonistas, ya que están relegados a un segundo plano y realmente, y siendo justos con su estatus en la historia, son más parte de un atrezzo que otra cosa. Son los causantes de la destrucción del planeta, son culpables de la eliminación de más del noventa por ciento de la población humana, pero para resignación de los fans del género, no son los protagonistas principales. He de decir también que al igual que en The Walking Dead, cuando un humano muere, sea de la manera que sea, éste se levanta transformado en no-muerto, por lo que se convierte en una amenaza inmediata a la que hay que combatir de inmediato. Ni que decir tiene que todos los habitantes de este mundo han de vivir con la continua incertidumbre de la muerte de cualquier ser querido de manera natural o fortuita. Además, Carlos resuelve uno de los eternos debates que rodean a este tipo de novelas, el relacionado con la velocidad de los zombies. En este caso Carlos elige a los lentos como protagonistas de inicio de la novela, pero en un giro de argumento, éstos comenzarán a correr como verdaderos hijos de puta, con las consecuencias que esto acarreará. Para mí, uno de los golpes de efecto de mayor envergadura de la trama.


Pero no sólo de cosas positivas se nutren las reseñas, y menos los autores de las novelas reseñadas. Por tanto, es lo mínimo enumerarlas para que Carlos, si lo cree oportuno, pueda subsanarlos en sus siguientes entregas, ya que la historia acaba de comenzar y a partir de aquí le seguirán otras dos continuaciones para formar la trilogía. Uno de los mayores fallos que contiene es la caída de intensidad de algunos capítulos que se cierran entorno a las explicaciones de ciertos aspectos técnicos y explicativos que en algunas ocasiones al lector, le hará torcer la cara. Otro a destacar, y que es muy repetido en la autoedición, es la corrección. No es una novela cargada de errores ortotipográficos, pero sí es cierto que alguna errata se ha escapado. Aunque me consta que en las subsiguientes ediciones se han subsanado dichos fallos, ya que mi edición es de las primigenias y por tanto, no había pasado aún la criba de la crítica.  


Por tanto una novela llena de matices con personajes que gustarán mucho, otros a los que se les odiará por momentos, una trama muy bien hilada y un final apoteósico que te hará levantarte del sofá y aplaudir a su autor para agradecérselo. Como diría el propio Carlos: ¿Os gustó El cuarto Jinete? ¿Os gustó Los Caminates? ¿Os gustó De Madrid al Zielo? Pues en Ciudad Humana se cuenta lo que pasa cuando todos los personajes de estas historias ya han muerto…

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias por este pedazo de reseña. Quería haberlo puesto ayer, pero no sé porque problema del móvil no pude. Un abrazo¡¡¡

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