miércoles, 2 de mayo de 2012

El misterio de la casa Aranda. Jerónimo Tristante

Mi historia con este libro comienza no hace mucho, acaso un mes y medio. Lo había visto en las librerías, e incluso alguna vez me vi empujado a leer su sinopsis e incluso a comprarme un ejemplar. Pero, sin saber por qué, siempre lo dejaba para otro día, dado que mis gustos literarios suelen partir por otros derroteros. No sabía qué error estaba cometiendo.

La novela cuenta la historia de Víctor Ros, un joven raterillo y carterista que se está haciendo un hueco en el Madrid de finales del siglo XIX entre la chusma que pueblan los vergeles de la capital española. En un giro del destino, el prometedor ladronzuelo se ve atrapado por la policía, que le ofrecen un trato muy tentador, o saldar sus deudas en la cárcel, o utilizar sus extraordinarias dotes en otros menesteres diferentes, en este caso, la policía.

Al cabo del tiempo nuestro protagonista se ha hecho un hueco entre la policía española y vuelve, ya convertido en un joven señor, a su lugar de origen para hacerse cargo de dos casos bastante extraños. El primero, un asesino está asesinando a las prostitutas de la ciudad, dejando como señal de identidad treinta reales en el cuerpo. Y el segundo, mucho mas misterioso y el que da nombre a la novela, es un intento de asesinato por parte de una recien casada a su marido, que es idéntico a otros dos casos acaecidos en ese mismo escenario en do épocas pasadas en el tiempo. Las espectaculares dotes de deducción de Víctor, dignas del mejor Sherlock Holmes, le llevarán a este a un Madrid desconocido para él, el de la alta alcurnia de la burguesía madrileña.

La verdad es que le estaré eternamente agradecido a quien me lo recomendó, porque me lo ha hecho pasar muy bien. La trama, ambientada en el Madrid victoriano me ha hecho conocer los entresijos de una capital en la que vivo que nunca habría podido imaginar. A la burguesía que comenzaba a poblar sus calles, había que sumársele los rateros, borrachos, cuatreros, estafadores y prostitutas que caminaban por sus calles como hoy lo hacen los gorriones por entre los edificios madrileños. La labor de investigación del autor ha debido de ser muy ardua, ya que, mientras va narrando la historia principal, te va sumergiendo en el callejero de la villa, mostrándote cómo se van levantando los nuevos esdificios, como los Arturo Soria, los Marqueses de Salamanca, y toda esa cantidad de personajes importantes para una ciudad tan céntrica como la de Madrid.

Todos los personajes que aparecen en la novela lo hacen por alguna razón, siempre aportando algo al argumento, y eso se agradece. Además, para poner el tono humano a la historia, el enamoramiento de Don Víctor con una muchacha de la clase alta a la que él nunca podrá tener acceso por culpa de sus orígenes humildes, cierra de una manera muy buena todo el círculo narrativo.

Por tanto, si os interesa saber qué movía a la sociedad española de finales del siglo XIX y principios del XX, esta es vuestra novela. Si os gusta Poirot, o Sherlock Holmes, pues aquí tenéis uno pero a la española. Y si os gustan las novelas fluidas, imaginativas y que realmente tienen algo que contar mas allá de intentar ser un mero enretenimiento, esa es, sin duda la novela indicada.

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