Del
escritor cartaginés de treinta y cinco años, autor de Yo vi tu silueta, Los últimos
días de la sombra y Lucrecia
oscurece, colaborador en varias antologías como Calabazas en el trastero o el homenaje a King Kong solidario, nos
llega esta impactante obra de terror.
En Aras del Castillo, un pueblecito de
apenas cien habitantes de Soria, vive Prudencia. Una adolescente de diecisiete
años, gótica y melancólica, que convive a diario con la rutina de trabajar en
la tienda de su tía, soportar las habladurías hirientes de la gente del
municipio sobre su fallecida madre, aguantar de manera estoica a un padre
borracho que la repudia por que ve en ella los mismos defectos que su esposa
muerta y las burlas, acompañadas de vejaciones y agresiones, de los
adolescentes del pueblo encabezados por Julia, su enemiga.
Refugiada en su tristeza será testigo
impotente de cómo las cosas cambian y
degeneran en el pueblo de manera irreal. Conocerá en su camino a personajes
oscuros y crueles, a personas que sufren de manera atroz la desalmada realidad
de una penumbra que envuelve a todos y a todo.., pero también habrá momentos en
que descubra la calidez de un amor que raya lo demencial o lo doloroso.
Instalada en la duda de si lo que vive es realidad o sueño, Pru, nos mostrará
en su devenir por la historia de este pueblo, cuanta crueldad y barbaridad se
puede desatar entre personas que se conocen de siempre.
El señor cura, el bibliotecario, el del
video club, las viejas arpías cotillas del pueblo, su tía, sus “amigos y
amigas” adolescentes, el alcalde, los forasteros, Abel, su padre, su madre….una
colección de personajes e historias de una forma de vivir que se verá truncada
por los poderes oscuros de una fuerza milenaria y perversa que hará saltar
todos los cimientos de Aras del Castillo y de la vida de Prudencia.
Si a todo ello le añadimos un escenario
campestre decaído y triste por la llegada del invierno y las nevadas, la siempre apesadumbrada
manera de la muchacha de ver su existencia
y todo lo que le rodea, y la excelente forma de conjuntar los momentos de
realidad y alucinación, tenemos una gran narración de terror oscuro, gótico,
con tintes del más crudo realismo y situaciones limites llevadas al extremo .
Tenemos entre manos una historia distinta,
agónica desde el inicio sin parar hasta el final. Con tensión que se convierte
en desazón o en ira según vas
encontrando una u otra situación. No podrás soltarlo hasta que lo acabes, pues
el dolor, la impotencia y la desesperación se hacen tuyas de la mano de
Prudencia.
Recomendarlo es primordial si te encantan
las historias de terror.
Muchísimas gracias por tu entusiasmo, rapidez y calidad. Lo que más me gusta es precisamente que te haya llegado.
ResponderEliminarGustarme no es muy exacto, me ha atrapado, jejeje. Ha sido un placer. Un abrazo.
ResponderEliminarPues hala, atrapado como la mosca a la miel (o algo todavía más pegajoso y menos dulce, je).
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña y por tu tiempo ;-)
Jajajaja, es muy salado eso que dices de Javier Vivancos: que es un escritor "cartaginés". Y muy interesante porque, teniendo en cuenta que, tras la destrucción de Cartago, al final de la tercera guerra púnica, allá por el 146 a.C. y la desaparición del Estado cartaginés, tiene que ser un espectáculo leer a este "superviviente".
ResponderEliminarToma el comentario a broma porque la verdad es que me ha hecho gracia, igual que muchos de mis errores.
Saludos.
Maldito romano, Pitt Tristán, ¡Cartago única y libre!
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