De este escritor nacido en 1970 y autor de “Siete cruces”, novela que permaneció en
el TOP 100 de Amazon poco más de un año, nos llega esta impresionante historia.
Mateo es un abogado al que le diagnostican
un cáncer. Abrumado por la pena y la desolación deja atrás la vida que conoce
junto a su familia y emprende la lucha en solitario contra la enfermedad. Todo
transcurre dentro de los parámetros que él se ha marcado hasta que en la sala
de oncología del hospital, en una de las sesiones de quimioterapia, conoce a
Toni y a Julio, dos enfermos de distintas versiones del mismo mal y que harán
saltar por los aires su estado melancólico
y su perspectiva racional de la vida.
Junto a ellos la locura se desata y todo es
posible. En su intención por vivir aquello que no han sido capaces, o no se han
atrevido a hacer antes de la enfermedad, crean un club. Esta sociedad les hará
encontrar la felicidad en la aventura, el riesgo y la lujuria sin límites,
llegando a conocer el placer de rebasar lo ilegal y la adrenalina se les
multiplicará llegando a unirlos tanto como a enfrentarlos.
Seremos testigos de situaciones reales
llevadas al borde de lo irreal, pues ellos se saben con el tiempo marcado y no
tienen miedo a lo que pueda suceder. Conoceremos a Silvia, la espectacular
mujer de Toni, al padre de Julio, a la familia de Mateo y sus circunstancias, a
Dani, un adolescente en silla de ruedas y enfermo de otra variante de cáncer, y
un número de personajes diminutos pero que tienen su hueco en esta historia y
un importante peso en ella, pues son estos los que convierten esta narración en
algo cotidiano.
Grandísimas dosis de humor, desenfreno,
aventura, pasión en momentos dados, algo obsceno cuando ha de serlo y con la
acción justa para atraparte desde el inicio, son los ingredientes que envuelven
esta hazaña que realizan con toda su alma estos tres locos que hace que por
momentos olvides que, en realidad, el
tema principal de la novela es el homenaje que se les hace a todos aquellos que
luchan a diario por vencer este mal infernal.
El
último deseo del cangrejo me ha hecho sonreír e incluso me ha arrancado
alguna carcajada, es más, ha conseguido provocar una conversación en el metro,
debido a mi expresión risueña al leerlo, con dos chicas muy simpáticas. Gracias
a Roberto García Cela por provocarlo.
Recomendarla es poco pues no vas a tener
nada mejor que hacer en cuanto caiga en tus manos.
Gracias por por leerlo y por reseñarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarDe nada, ha sido un placer. Gracias a ti por seguir el blog.
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