domingo, 2 de junio de 2013

Tom Z. Stone. Joe Álamo





Tras mucho tiempo sin aparecer por estos lares, vuelvo de nuevo para comentar una novela que me ha gustado, y mucho. Se trata de Tom Z. Stone, de Joe Álamo. Una novela equivocadamente catalogada como Terror y que bebe del género negro más clásico con una trama oscura y atrapante y un personaje borde y socarrón. Pero vayamos primero con el argumento:

Tom Z. Stone es un investigador privado al que una espectacular mujer contrata para que solucione un turbio asunto de chantaje. Stone ha de enfrentarse a criminales, asesinos, chantajistas y al mismísimo marido de su clienta, uno de los delincuentes más peligrosos de la ciudad… Pero el investigador es un tipo duro y con experiencia, tan eficaz como hay que serlo en un mundo que acaba de sufrir un cambio brutal: el llamado FR, el día que los muertos volvieron a caminar… Y Stone es uno de ellos: un reanimado, un “Zeta” como les llaman los políticamente incorrectos, y sabe que como a cualquier reanimado, le quedan 4 años de vida; sabe también, que antes de morir sufrirá una brutal degradación que le transformará en un terminal o “desgastado”.

Ya desde las primeras palabras que lees de esta historia te debates entre dos ideas, si lo que contendrán sus páginas será de género zombie, o en realidad será una trama negra de aquellas de olor a tabaco y al alcohol de taberna de los sesenta… Pues bien, sin duda, es más de lo segundo que de lo primero, aunque el tema Z dará mucho juego en la trama. 

Tom es esa clase de personaje característico de este tipo de historias, siempre de punta en blanco, socarrón, con la frase perfecta a punto de salir de sus labios y con un pesimismo y unas ganas de vivir que solo a un paciente terminal podríamos achacárselas. Y por supuesto, su pitillo en la boca, pegado a sus labios y con la equivocada sensación de que se caerá de su sitio. Ahí es donde radica la esencia del personaje. Tom es un Desgastado, un Zeta como bien dice la sinopsis, que sabe que de un momento a otro su vida colapsará y se convertirá en un cuerpo sin vida que se dejará llevar por los impulsos zombificados de sus células muertas. Por tanto, sabiéndose muerto más pronto o que tarde, no tiene miedo a cruzar ese umbral.

A su vez, la sociedad que le rodea le odia a él y a los de su calaña debido al miedo que les procesa la posibilidad de que sus seres queridos de la noche a la mañana se conviertan en no muertos en mitad del sueño y acaben devorando a sus mujeres e hijos en un descuido.

La verdad es que si eliminásemos de la trama el tema Z, esta aun seguiría siendo una novela de calidad, de altísima calidad, porque, si no lo he dicho, Tom Z. Stone goza de un pedigree difícilmente localizable en la mayoría de las novelas que pueblan las estanterías de nuestras librerías. El tema de los zombies solo añade un pequeño toque de género que provocará diferentes situaciones originales y que sirven al autor para, por una parte engrosar la trama, y por otra, disfrutar con la creación de relatos cortos que van componiendo un puzzle meticulosamente confeccionado que casa de una manera perfecta con la trama principal que se nos va contando.

La ambientación que Joe nos da de la ciudad protagonista es oscura, brumosa, sórdida y decadente. Muy acorde con la propia personalidad del protagonista. Los lugares de reunión de la sociedad no son más que un reflejo de esa atmósfera que Joe busca imprimar en el lector y que consigue a todas luces en cada uno de sus escenarios, desde la aparición del Algodón Sureño o la misma comisaría de policía, pasando por la propia oficina en la que trabaja el Detective Stone. Además, las menciones a múltiples temas musicales de la época de los sesenta y los setenta impriman a la historia aun mas toques ese género negro que tanto me ha gustado. A destacar la cantidad de referencias a la figura de los Beatles.

A pesar de que nos encontramos delante de una novela calificada como Z o de terror, yo no podría estar más en desacuerdo con dicha calificación como ya comenté anteriormente. Estamos frente a una novela negra pura y dura, de las que tanto escasean en el mercado español y con las que todos, absolutamente todos los lectores disfrutarían como verdaderos niños. La Z que se dibuja en su portada, no hace sino apartar a futuros lectores por miedo a encontrarse con una historia llena de vísceras y seres muertos y  tontos vagando por las calles desoladas de una ciudad cualquiera que ha sido presa del Apocalipsis. 

Volviendo al contenido de la novela, quiero destacar algo que me ha parecido imposible de superar, su excelente prosa. El vocabulario que utiliza Joe y, sobre todo, cómo lo utiliza es algo que debería estudiarse en todas las academias de escritura de este país. La sencillez con la que el autor escribe utilizando todo tipo de palabras comunes y no tan comunes, da una simpleza y un empaque a la trama que te hace paladear cada una de las frases que aparecen en sus páginas.

Sus personajes, perfectamente definidos, no se caracterizan por su extremada evolución, pero sí por la infinidad de detalles que tienen sus personalidades. Tom es un tipo lleno de matices, pero que se ve eclipsado en cada escena toda vez que Mati aparece en acción. Su secretaria personal, con aspecto de mujer necesitada de la protección de su jefe, no es lo que parece, al igual que nuestro personaje, duro y frío como el hielo tampoco es lo que pretende aparentar. La otra fémina de la historia, Eva Espinosa, cliente del Sr. Stone, da ese toque canalla y de Femme Fatale que necesita todo investigador privado.

En definitiva, una lectura muy amena y disfrutable con una historia muy bien construida y fácil de seguir. El toque zombie le viene muy bien tanto al personaje principal como al trasfondo de la historia y su ambientación no podía ser mejor. Por tanto, desde aquí recomiendo su lectura ya que un servidor la ha disfrutado de una manera muy efusiva. Además, muy pronto me tendréis por aquí comentando su segunda parte: Tom Z. Stone. Let it be.

Ciudad Humana. Carlos J. Lluch.





Zombis 4 y fin.

Y llegamos al final de esta incursión personal por el mundo zombi con esta maravillosa obra que te llegará y llenará sobremanera.

Si con las anteriores historias conocimos el origen de las pandemias apocalípticas, como las autoridades primero las niegan y luego se sienten desbordadas ante los acontecimientos y la vida de los supervivientes enfrentándose a los miles de infectados y, en algunos casos, a los propios vivos, en esta viviremos un levantamiento.

Año 2040 en la antigua ciudad de Cartagena, ahora conocida como Ciudad Humana, la gente se afana en hacer renacer la civilización tanto tiempo olvidada. Atrincherados dentro de una muralla de vehiculos de todo tamaño, tipo y forma, y protegidos por el mar, un grupo de nostálgicos hacen creer a la población que va llegando a la ciudad que se puede vivir con esperanza, recuperando viejas costumbres, tradiciones y fiestas....pero no todo es idílico.

Junto a la amenza constante de los no-muertos existe dentro de la ciudad otro mal que es aún peor si cabe. El propio ser humano. Junto a Gonzalo, presidente de la ciudad y sus lugartenientes Alejandro y Nacho, descubriremos que no todo el mal proviene de los zombis y que el hombre puede ser, y es, el peor enemigo de la humanidad.

Descubriremos la añoranza, el amor y la alegría. El rencor y la ira. El deshonor y la maldad....descubriremos que una buena historia siempre conlleva dolor.

Genialmente escrita y de ritmo excelente, entrarás por las puertas de Ciudad Humana, antigua Cartagena, y te dejarás llevar por sus habitantes y sus historias hasta el final, sin remisión ni posibilidad de escape. Absolutamente recomendada para todos los lectores de cualquier temática ajena a los zombis.

sábado, 1 de junio de 2013

El cuarto jinete. Víctor Blázquez.






Zombis 3.

Y ahora a correr. Hemos pasado de conocer el origen de las infecciones apocalípticas y de tener que sobrevivir al día a día luchando contra zomis y humanos, a tener que correr como alma que lleva el diablo por que si no seremos devorados por hordas de corredores infectados y enloquecidos por la carne humana.

En un pueblecito norteamericano se desata el horror y todos y cada uno de sus habitantes serán victimas de la peor agonía, miedo y desolación que pudieran imaginar. El policía, el bombero, el del quiosco, la prostitutas.... hasta los niños, son piezas de esta vertiginosa historia que te sacará de tu calma y llevará tus nervios y tensión a un punto increíble.

Con un comienzo algo frío y una narración de lo más original, el autor nos lleva, al  más puro estilo King, por las calles de Castle Hill y  nos hará conocer los pormenores de las huidas de los protagonistas. Sus enfrentamientos con los no muertos, el odio, el amor y la desidia para con los demás. Sonreiremos y alguna carcajada soltaremos pero, sobre todo, estaremos en continua tensión a la espera de ver si nos cazan o no.

Hay quue correr, por que los no-muertos de esta narración lo hacen y muy deprisa, casi al ritmo al que el lector aniquila el texto, hasta llegar al punto de la salvación final.

Lector de zombies léelo. No lector de zombis léelo. Pues de no hacerlo seréis zombificados.