martes, 1 de enero de 2013

Robopocalipsis. Deniel H. Wilson

De nuevo estamos aquí con una reseña dedicada a la ciencia ficción. No lo hago a posta, pero esta vez me ha dado por este género. La obra que intentaremos comentar comenzó a llamar a mi puerta cuando algo mas de un año atrás recibí la noticia de que el mismísimo Rey Midas de Hollywood, Steven Spielberg había comprado sus derechos para llevarla a la gran pantalla. Sólo el hecho de que él se embarcara en el proyecto ya hizo que mis ojos se abriesen como platos, pero viendo el sugerente título, obvio como una cama de clavos, me decidí a ir a por él. Comencemos con su reseña, pero primero una breve sinopsis.

En un futuro no muy lejano, en un laboratorio ultrasecreto y subterráneo, un científico está trabajando con Archos, la máquina mas avanzada que el mundo ha visto nunca. Tras muchas pruebas, su creador es consciente de que su nueva creación aun no está preparada para darse conocer, por lo que decide desconectarla. Lo que no sabe es que Archos ha tomado una decisión bien distinta y en la ecuación recientemente ideada, el hombre no tiene cabida y mucho menos su propia desconexión. Comienza así su vendetta contra el hombre, culpable de todos los males del mundo según su recién adquirida inteligencia superior y una carrera contrarreloj en la que encontrar la ubicación del cerebro artificial será una prioridad para sus enemigos.

El comienzo de la novela es algo curioso, ya que empìeza en un escenario blanco y helado con una tropa de humanos defendiéndose de las embestidas de un pequeño grupo de máquinas bastante avanzado. En ese extracto
de narración en primera persona, ya se sientan las bases de lo que va a acontecer en los sucesivos capítulos y el por qué de la narración que nos vamos a encontrar. Y esto es así porque el comienzo de la novela es el final, y lo que nos irán contando será una prueba de vida, por si todo sale mal, para que si alguien encuentra en un futuro esos archivos, pueda utilizarlos en contra de Archos como una información única.

Es entonces cuando el tipo de narración cambia, y éste depende de cada uno de los capítulos. Unos estarán contados a través de los ojos de sus protagonistas, otros a modo de diario personal, los menos como pequeños interrogatorios policiales o a través de los ojos de alguna de las máquinas recién creadas. Sólo la manera en que el autor encuentra el modo de contar la historia, ya convierte esta novela en algo de lo más original. Sí, es verdad que Guerra Mundial Z de Max Brooks hace algo parecido, pero ciertamente hay algo diferente en la que nos traemos entre manos. Y esto es así porque mientras la novela de zombies cuenta con muchísmas historias todas ellas separadas entre sí con el denomiador común que es la explosión vírica, Daniel interconecta todos sus relatos, llevándolos a un mismo lugar para que todo encaje perfectamente como si de un gran reloj se tratase.

Los personajes que se dan cita en esta obra están bien retratados y evolucionan a lo largo de la misma, algo que siempre es de agradecer. No son los protagonistas de Cien años de soledad o los de Los pilares de la tierra, pero para una novela de estas características son lo bastante moldeables como para que la trama no sea excesivamente predecible. Tenemos soldados, hackers, infantes, ingenieros, carteros y hasta nuevos androides de última generación que tambien dan su propia versión de los hechos.

A destacar los enemigos a los que se enfrenta el ser humano, ya que el propio Daniel es licenciado en robótica y nos describe unos diseños androides bastante alejados de lo que podría ser lo normal para una trama como esta. El enemigo no solo se encuentra bajo una capa de metal con forma humanoide. No, tambien está detrás de cámaras, portátiles, microondas o vehículos de última generación. Toda la tecnología nacida de la mano del hombre está dispuesta a mordérsela sin niguna contemplación con sus mandíbulas de acero, y quizá, eso sea lo más terrorífico de todo, cómo de fácil sería un apocalipsis de estas características debido a la dependencia que tiene nuestra sociedad a la tecnología.

Y terminando con la historia en sí, he de decir que es bastante atrapante. Desde un primer momento la narración se hace algo lenta, pasajera, con el objetivo de que vayamos entendiendo cuáles son las motivaciones de ambos ejércitos en esta batalla encarnizada. Pero a medida que vamos avanzando, la trama se va acelerando junto con la narración, haciendo varios altos en la misma para que no se nos llenen los ojos de insectos debido a la velocidad del viaje.

Para ser su primera novela, el autor muestra buenas maneras de creación y sabe utilizar los mejores recursos para cada momento de la narración. El final, algo común si estás habituado a este género, no deja mal sabor de boca aunque sí cierto regusto amargo, como un excelente atracón en un restaurante caro, pero con un pésimo café. Se le podría haber sacado mas partido al mismo, pero sospecho que la propia editorial o él mismo, decidieron dejarlo así, para cubrirse las espaldas en vista de una posible continuación.

Aun así, me ha entretenido su lectura y aunque no pasará a formar parte de los hitos de la ciencia ficción, al menos ha amenizado mis viajes de ida y vuelta al trabajo y en ningún momento me ha aburrido su lectura. Si encontráis alguna otra recomendación, pero con una muy alta puntuación, lanzaros a por ella, sino, no desaprovechéis la oportunidad de leeros esta obra, ya que no os defraudará.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado bastante desde la mitad hacia delante, es más, toda esa parte me ha he leído de una "tacada" mientras que la primera parte me ha costado un par de semanas de lo lento que era y que había veces que se repetía (me refiero a su patrón).

    Por lo demás, bastante aceptable, soporto menos un libro atragante con un mal final que uno que según va avanzando va mejorando, como es este caso. Argumento interesante y personajes bastante atrayentes que forman parte de un puzzle que sólo se une al final. Recomendable.

    ResponderEliminar
  2. Gracias guapa!!! Es un honor verte por aquí de vez en cuando y fuera de las ataduras de los 140 caracteres.

    A mi sin embargo me atrapó desde el principio, ya que la manera de presentar la historia, con minirelatos que en principio parecían no estar conectados entre sí me gustó bastante. Además que el final, pese a ser un poco flojo es lo bastante movidito (aunuqe algo difuso) como para dejarte un buen sabor de boca.

    Te lo agradezco infinito y desde aquí te mando un besazo y un abrazo. Cógete lo que prefieras.

    Saludos.

    ResponderEliminar