jueves, 24 de enero de 2013

Degeneración. David Pardo

No sé si os habréis dado cuenta, pero últimamente han habido dos boom bastante significativos en nuestro territorio patrio. El primero, bastante conocido por todos, es el de la novela Z o temática Zombie, de la que España es un muy buen exponente con escritores como Víctor Blázquez y su El cuarto Jinete, Carlos Sisí con su aclamada saga de Los Caminantes, Manuel Loureiro y su originalísima Apocalipsis Z, Alfonso Zamora con su recién estrenada De Madrid al Zielo o J.E. Álamo y su Tom Z. Stone. El segundo Boom, y para mi mas importante, pero sobre todo, que tiene que ver, y mucho, con el primero, es la cantidad ingente de escritores noveles de calidad que pululan por las redes sociales y que acaban convirtiéndose en verdaderos maestros en este arte de las letras. Y David Pardo, autor del relato de esta entrada, pertenece a los dos grupos. Su escrito es de género Z y su calidad, como veréis a continuación es más que enorme.

Degeneración cuenta la historia de un pueblo de Valencia al que, por avatares del destino, la nueva plaga que está asolando el planeta llega a sus calles. Al principio, la gente se lo toma como algo irrisorio, sin importancia, pero a medida que van pasando los días, se va convirtiendo en algo muy real, hasta que estalla de lleno en el pueblo, y obliga a sus habitantes a prepararse para hacerle frente. Nuestro protagonista toma la decisión de hacinarse en su casa junto a su mujer y su hijo, y plantar cara a cualqiera que se atreva a acercarse por allí. Pero la plaga es solamente la punta del iceberg.

Escribir esta reseña sin meter Spoilers va a ser una tarea ardua, pero lo intentaré para no desvelar nada de la trama. Partiendo de su sinopsis, la primera impresión que tenemos es que no es para nada original, sobre todo por culpa de un mercado editorial en el que los podridos, zombies, caminantes o como los queráis llamar, son una plaga igual de extendida que la que forman ellos mismos en la ficción. Y de hecho, estamos en lo cierto, Degeneración no cuenta nada nuevo. Además, con su reducido tamaño (escasas cincuenta páginas, que, como lo tengo en Kindle no puedo contar con exactitud) tampoco augura mucha profundidad en la historia para evolucionar trama, plaga o personajes. Pues bien, ahí radica el primer y el más grave error. La historia es de altísima calidad, y es una montaña rusa desde su principio a fin.

¿Y por qué puedo asegurar esto con tanta rotundidad? Pues bien, vayamos a ello. La historia está dividida en tres partes claramente diferenciables. La primera, cuenta los acontecimientos derivados de la plaga y cómo su protagonista se las ingenia para hacerle frente y las motivaciones que le llevan a tomar la decisión de parapetarse en su hacienda. Aquí le veremos tomar su primer contacto con los zombies y así el autor se asegura que no se nos olvide cual es el trasfondo del argumento. Esta primera parte no tiene mucho que ofrecernos, ya que su objetivo es el de mera presentación.

Pero cuando comienza la segunda parte, todo cambia por completo. Un suceso hará que sus protagonistas se enfrenten a aquello que todo apocalipsis, crisis o pandemonium trae consigo. Porque al igual que en los zombies de Kirkman con The Walking Dead, éstos pasan a un segundo plano, y nos movemos entre ellos como el que se mueve entre las ruinas de Barcelona en Soldados de Salamina de Javier Cercás, o entre los andrillos de ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? de Phillip K. Dick; simplemente forman parte del decorado. La Degeneración que sufre el ser humano cuando se enfrenta a catástrofes
de estas características o sucesos que le ponen en el límite de la humanidad, es lo que este tramo trata de mostrar y lo consigue de una manera soberbia. Su protagonista lucha por unos ideales, por una integridad, por defender algo que es suyo, pero cuando se enfrenta al horror, la delgada línea que separa la cordura de la demencia, se vuelve extremadamente difusa, y David lo muestra con una maestría apabullante.

Pero lo mejor llega en la tercera y última parte. Cuando los efectos colaterales de la segunda parte aun no se han diluido de nuestro paladar, otro suceso aparentemente aislado, despierta en su protagonista su nuevo yo, más maduro, y más consciente de en lo que se ha convertido. Este tramo si que corre como la pólvora de una mecha, esperando la traca final que, aunque no te deja boquiabierto con las explosiones, si te deja el regusto de haber presenciado una de las mejores mascletás en forma de relato que nunca hayas visto. En definitiva, un cierre de relato muy ajustado a lo que se espera de ella tras esa escasa hora de lectura que te regala.

Es increible lo que el autor es capaz de contar en un relato tan corto. Los sentimientos que despliega, lo cercano de sus personajes y lo cerrado de sus escenarios, convierte su lectura en algo asfixiante que devoras de una manera contradictoria, ya que por una parte estás disfrutando de ese sufrimiento del protagonista, y por otra, sufres por el disfrute del mismo. Una sensación difícil de expresar, por lo que os conmino a leerla.

En el apartado negativo, pues la verdad es que para mi es algo difícil sacarlo. Ciertas actuaciones de su protagonista al comienzo de la novela, y esa sangre fría al acabar con algún podrido, o avituallarse de armas en una armería pero no llenar el todoterreno de comida, son cosas que aunque una vez releido el relato te rechinan un poco, pero que tampoco tienen mucha importancia.

Un viaje a los infiernos, y una mutación en la integridad del ser humano. Eso es lo que muestra Degeneración, posiblemente el mejor relato de zombies que he leido hasta el momento.

Y por cierto, una mención al apartado gráfico de su portada, a manos de Juan Antonio Abad, Juapi. Un chaval de Parla que está comenzando a hacer sus pinitos en esto de las portadas y que ya ha participado en varias
ilustraciones para antologías de relatos y otros trabajos junto a otros autores y que pronto sacará a la luz su nuevo trabajo, El legado de Christie, novela ilustrada a cargo de David Rozas y David Ruiz del Portal a los lápices, y el susodicho al dibujo.

6 comentarios:

  1. Excelente reseña, Tolouuuu! Me alegro de que hayas disfrutado con esta pequeña pesadilla. Te agradezco mucho la lectura, y por supuesto esta reseña, en la que retratas de manera soberbia el relato.

    Un fuerte abrazo,
    David Pardo.

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  2. Hombre, tanto como excelente... La excelencia no existe. Pero si tengo que reconocer que me ha gustado su acabado. De todas formas su reseña es fácil, ya que es un relato cortito, y eso ayuda a no perderse por entre los amsijos de letras de otras novelas.

    Aun así, gracias por comentar de parte de Chuppy y mía y por seguirnos!!! Esperamos verte más por aquí.

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  3. Comprado, leído y finiquitado. Aún estoy con el regusto amargo de aquellas cosas que uno lee y piensa que para nada es ficción, que el ser humano puede llegar a esos extremos frente a algunas situaciones. Novela breve muy recomendable donde los podridos sólo son una parte del decorado ya que lo interesante es el comportamiento humano.

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  4. Me encanta que leas mis reseñas, y sobre todo que estés de acuerdo, y encuentres tiempo para pasarte por aquí y comentarlas. Pues ahora tengo otra novela mas del autor, que espero que a final del mes que viene pueda comenzar a leerme.
    Un besazo guapa!!!

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  5. Me habeis picado....debo leermelo si o si

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  6. Gracias por leernos Jose!!! Debes leértelo sin pensarlo, porque merece bastante la pena. Ya nos contarás!!!

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