Deliciosamente fantástico. Ese es el resumen que puedo hacer de esta genial historia llevada con mimo desde su comienzo hasta el final. Con las primeras frases de la narración te das cuenta de que estás ante una historia diferente, sencilla y, a la vez, intrigante.
Tabit es un estudiante de último año en la academia de pintores de portales, una sociedad que conoce y controla la ciencia que estudia la creación de estas puertas que permiten a la población disminuir las fronteras y agilizar los negocios. Esta institución tiene normas estrictas para el aprendizaje, creación y uso de estos portales y solo el consejo tiene poder para decidir cual se pinta y cual se borra.
Tabit llega a una remota aldea con el encargo del consejo de pintar un portal en una humilde casa donde conocerá a Yunek y a su familia. Y ahí empieza su aventura y la de todos los que le rodean. En esta maravillosa historia, contada con sencillez y ritmo ágil, viviremos un sin fin de situaciones que harán temblar los cimientos de la academia y todo lo que significa.
Conoceremos Caliandra, otra estudiante de la academia, a Rodak, un vigilante de una de los portales, y a Tash, un minero huido de su pueblo y que lleva en su bolsillo algún secretillo que otro. Todos, junto con Tabit y Yunek, te llevarán por los rincones de este fantástico mundo para desentrañar los misterios que los rodean y que pretenden destruir todo aquello que conocen.
Deliciosamente fantástico, como dije al principio. Espectacularmente narrado, con un texto sencillo y ágil, situaciones agónicas tratadas perfectamente, y los salpicones de humor, comedia y romance juvenil que hacen de esta obra un dulce pastel que hay que comerse sí o sí.
No conocía mucho a la autora pues solo conozco, que no leído, su trilogía "Memorias de Idhun", cosa que voy a remediar en el más breve espacio de tiempo pues, si no me he informado ma,l tiene una larga veintena de obras publicadas. Habrá que echarle un vistazo.
Ni que decir tiene que hay que leer esta mágnifica historia.
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